Artículo por Ana Elisa Moreno, 18 de noviembre de 2022
Terapeuta Holística
Comencemos por el primero, el “sesgo cognitivo”. Este término lo estudia la psicología cognitiva y se refiere a una desviación en el proceso mental que lleva a una distorsión sobre la interpretación de la información disponible, es decir, sobre la información obtenida, cada uno entiende cosas diferentes. Y esto se debe a que cada uno de nosotros tiene sus propios atajos mentales, motivaciones emocionales y morales o incluso somos influenciados de manera diversa por la sociedad.
El sesgo cognitivo es un rasgo que se considera adaptativo durante la evolución humana para poder tomar decisiones rápidas ante un peligro. Sin embargo, aunque son muy útiles, en ocasiones producen una desviación en el procesamiento mental y pueden nublar nuestro juicio objetivo.
¿Qué tiene que ver esto con la espiritualidad en general y con la consciencia en particular? Todos tenemos, hemos tenido y tendremos sesgos cognitivos de acuerdo con muchos factores internos y externos que nos llevan a percibir la vida de cierta forma e incluso, a lo largo de nuestra vida esa percepción cambia muchas veces. Así pues, nuestro estado de consciencia espiritual tendrá que ver en muchas ocasiones con esos sesgos cognitivos de los cuales hay muchos, por ejemplo: sesgos de correspondencia en el que respondemos a la información dependiendo del emisor, otro sesgo es el de favoritismo del endogrupo, el cual nos lleva a tomar decisiones y acciones de acuerdo a nuestro grupo inmediato, el de interés personal, etcétera, pero quizá los más comunes en el mundo espiritual sean los sesgos de pensamiento de grupo, los de falso consenso, los de maldición del conocimiento y los de suerte moral que nos puede llevar a dejar nuestras decisiones conscientes en manos de grupos e ideas.
El segundo concepto que revisaremos es el “Egregor”. Esta palabra proviene del griego y significa “vigilante” y en general se le asigna este nombre a la posibilidad de manifestar un efecto o situación, por el pensamiento colectivo, y se forma una “entidad psíquica” que puede influir en la realidad. Es decir, si a muchos nos da miedo algo, ese algo se manifestará porque lo hemos construido, por ejemplo: un personaje que se postula para algún puesto de elección, y que nos cae mal a nosotros y a mucha y entre todos nos dedicamos a juzgarlo y criticarlo, terminará por ganar esa elección porque entre muchos lo hemos formado y fortalecido dándole “vida”.
Este concepto está presente en la magia y el ocultismo, y Eliphas Lévi, en su libro “El gran misterio” explica que los egrégores son “vigilantes, seres tenebrosos que nos destrozarán sin piedad porque no advierten nuestra presencia”, concluye que estos seres cobran vida de nuestra consciencia y le daos forma, rostro, y al hablar de ellos crecen, se multiplican, y son nuestras fantasías.
En el camino espiritual, los egregores se explican también en la meditación de la tradición Chod donde nos explican que los “demonios” o “devas” son entidades que pueden ser lo mismo nuestros destructores que nuestros aliados, pero para tener que luchar contra ellos es necesario primero formarlos en nuestra consciencia (mente y emociones). Por tanto, un egregor resulta una manifestación creada por nosotros mismos de acuerdo con nuestros pensamientos.
Y el tercer concepto, es el Primado Negativo. Primado, o Priming en sicología, nos dice que lo que ocurre primero afecta a lo que viene después, es decir, nuestra reacción ante lo que ocurre podría estar condicionada por otro estímulo anterior sin estar consciente de ello. Por ejemplo: Si después de que alguien vea el color rojo o un letrero con la palabra “rojo”, otro más le pregunte qué fruta le recomienda posiblemente diga “manzana, o fresa”, es decir, alguna de color rojo. Este fenómeno está relacionado con la memoria.
Hay muchos estudios sobre eso y lo que se ha visto es que incluso se puede predisponer a alguien de manera específica para que haga algo. Por ejemplo: Si ofrecemos una charla sobre enfermedades y vejez, al salir los participantes, se pueden sentir menos jóvenes y más vulnerables y estarán listos para comprar/usar artículos que los hagan sentir mejor sobre ello como cosméticos, ropa, fórmulas mágicas o equipos. Por tanto, se aplica en marketing, ventas, publicidad y muchas otras áreas, entre ellas, la espiritualidad. En ésta última área, puede usarse para atraer seguidores sobre un método, un gurú o una forma de pensamiento, pero incluso, en las películas de ciencia ficción que nos muestran información metafísica perfectamente a nuestro alcance como algo solo de “ficción”, por lo que cuando contactamos con eso fuera de la pantalla del cine, lo desechamos como algo que pertenece solo a las películas.
Es interesante notar que si bien, estos conceptos son parte de nuestra vida cotidiana, conviene conocerlos para estar en mejores condiciones de discriminar la información que recibimos aún del llamado mundo espiritual. Aprender a poner a prueba la información y ver si resuena con nosotros nos ayudará a alcanzar un estado de consciencia despierto, pleno y libre.
Artículo para descargar:
Ana Elisa Moreno – Conceptos en el contexto espiritual y cósmico
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